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22 Agosto, 2020 / Oblatas
Celebramos las Bodas de Plata de dos hermanas y compartimos su experiencia

En muchos países se celebra agosto como el mes de las vocaciones. Nosotras Oblatas, vivimos la vocación, confiadas que “Dios sigue llamando hoy, como lo ha hecho en toda la historia”. Cada persona es invitada a encontrarse con un Dios interesado por la vida y abrirse a su llamada amorosa. En la medida en que la persona se reconoce y vive desde este amor, acoge la llamada y compromete su vida en la respuesta, podrá realizarse plenamente como persona, pues sabe que será feliz tan sólo si realiza Su Proyecto.”

El camino vocacional en la Vida Consagrada se hace al lado de las hermanas que el Señor nos regala: es una con-vocación, que hoy, en nuestra Congregación se amplía en el compartir con la Familia Oblata. (laicado, voluntariado, mujeres…)

El camino de seguimiento se va concretizando progresivamente, a través del discernimiento del querer de Dios en nuestra vida. Madre Antonia nos recuerda que para vivir con hondura el seguimiento, es necesario contemplar la vida de Jesús en todas las circunstancias: Que Él mismo nos enseñe a amarle como quiere ser amado, a cumplir nuestra misión, como quiere que la cumplamos, a no desfallecer jamás y a apoyarnos siempre en Él.”

El pasado 15 de agosto, nuestra congregación vivía y acompañaba con alegría, la celebración de las Bodas de Plata de las Hermanas Emily Baylón Bilacaur, en Nova York, y Gaudiosa Baylosis Pausal, en Guatemala.

Ambas llenas de gratitud por el camino recorrido en la fidelidad de Dios, expresan cómo vivieron este día y qué significado tiene para cada una de ellas la vivencia del carisma oblata en sus propias realidades.

Gaudiosa Pausal dice: He vivido llena de agradecimiento a Dios, porque, en primer lugar, Él me ha permitido tener una celebración sencilla, pero llena de significado, porque estamos en medio de una realidad dura de Pandemia que afecta a todo el mundo, especialmente a los más pobres, particularmente a las mujeres, con quienes he podido compartir y caminar, en este momento junto con toda mi Comunidad en Guatemala.   

Sobre todo, mi corazón está lleno de agradecimiento, porque a lo largo de estos 25 años, ya sea en momentos buenos o malos, felices o tristes, siempre me ha permitido experimentar la presencia viva de Dios, su amor, protección y gran fidelidad en todos los momentos de mi existencia, a través de las personas con quien he compartido la vida (familia, hermanas, Familia Oblata, amigas/amigos, mujeres y toda persona que he encontrado en el camino).  Con la convicción que Su amor infinito, y gran fidelidad siempre está conmigo hasta al final, sigo comprometida a llevar Su Proyecto: “la Construcción de su Reino dondequiera que estoy.”    

Con la confianza en el amor, misericordia y fidelidad incansable e incondicional de Jesús Redentor, siempre he intentado y esforzado cada día en vencer mis debilidades para poder  seguir llevando el Proyecto que Dios ha puesto en mi vida como Oblata y poder vivir el gran regalo de mi vocación, con  alegría, esperanza y fidelidad;  en mis trabajos de misión, en la relación con mis Hermanas, con las mujeres y otras personas con quien he encontrado en mi camino.  

Emily Baylon comparte: “He vivido con mucha ilusión mi aniversario de los 25 años. Por la situación de pandemia se canceló el programa para mi preparación. Pero la entrega a la misión no se paraliza. La situación mundial de esta pandemia me hizo reflexionar cual es lo esencial del seguimiento a Jesús Redentor. El desafío de este momento es seguir renovando mi compromiso personal como oblata.

En este día 15 de Agosto tuvimos la misa en nuestra parroquia de la Virgen del Rosario con el Obispo Murphy quien admira nuestra misión. Tuvimos una bonita y sencilla celebración. Me  ha hecho sentir el amor y cariño de la gente que nos valora mucho. Después de la misa, compartimos unos aperitivos con la gente de la parroquia y amistades de la casa. Al día siguiente, seguimos celebrando con la comunidad  y mujeres del proyecto.

Estoy muy agradecida y bendecida porque he podido llegar a mis 25 años como oblata. ¡¡¡Mucha gracias a las personas que me acompañaron y son parte de mi jornada de estos 25 años!!!

 


 

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