El Miércoles de Ceniza abre la puerta al tiempo de Cuaresma. Un periodo que, como nos recuerda el papa Francisco en su mensaje de Cuaresma 2020, nos prepara para vivir el misterio de la muerte y resurrección de Cristo.
“Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría”, dice el Papa en su mensaje.
Tener esta nueva oportunidad, un año más, de vivir este periodo de Cuaresma, “a pesar de la presencia del mal en nuestra vida, al igual que en la vida de la Iglesia y del mundo”, como señala Francisco, nos recuerda que “este espacio que se nos ofrece para un cambio de rumbo manifiesta la voluntad tenaz de Dios de no interrumpir el diálogo de salvación con nosotros”.
Es también el tiempo de redescubrir, de forma conjunta como Familia Oblata, el amor del Redentor que nos envuelve cada día. No solo para nosotras, sino para, fortalecidas por Él, ser capaces de llevarlo allí donde nos lleve la misión, por muy lejanas o desconocidas que puedan parecernos las nuevas fronteras.
