Jesús sigue llamando en el hoy de la historia a jóvenes que quieran asumir su estilo de vida y hacer de su proyecto el horizonte a seguir, amando en libertad y gratuidad, donándose por los predilectos del REINO.
La vocación está vinculada al sentido de la propia existencia y provoca en el corazón algunos cuestionamientos ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Qué me hace verdaderamente feliz? ¿Quién soy? ¿Qué quiere Dios de mí?
Es un proceso de descubrimiento y decisiones para llegar a asumir el futuro como don, desafío y misión.
Una llamada a construir la identidad con sentido y elaborar un proyecto de vida.
Cuando la descubres, se convierte en un imperativo a realizar para ser feliz. Tu vida se ilumina por entero y la invitación de Dios se convierte en llamada a la plenitud de la vida y el amor.
¡ARRIÉSGATE, SÉ VALIENTE!
Te invitamos a leer este artículo donde tres jóvenes (dos redentoristas y una hermana oblata) hablan de su vocación religiosa:
Ciertamente la vocación es un misterio, que vamos descubriendo en el vivir nuestro de cada día, en nuestro ambiente cotidiano. Como todo misterio, es discernida, fortalecida y apoyada por personas y en familias concretas.
La juventud es una etapa de grandes ilusiones. La hora de las grandes decisiones. Una etapa maravillosa de la vida que hay que vivir en plenitud.
Aprovecha tu espíritu de riesgo y tu capacidad creativa para hacer un proceso vocacional y descubre a que vocación específica Dios te llama.
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