Después de algo más de 20 días de encuentro en Ciempozuelos, las junioras vuelven a sus comunidades con “sentimientos de gratitud y esperanza” por todo lo vivido. Han sido días intensos que, a través de distintas temáticas, han ayudado a las más jóvenes de la congregación a “profundizar” en sus raíces como oblatas, así como a “beber de nuestras fuentes carismáticas” para “fortalecer el amor y sentido de pertenencia como nuevas generaciones oblatas”.
Durante este encuentro formativo se han abordado temas muy diversos, trabajando desde dinámicas de desarrollo y conocimiento personal y cómo se relaciona esto con la opción religiosa, hasta cómo la realidad social del configura el propio estilo de vida y cómo encajar la consagración en el mundo actual.
Se ha prestado especial atención también al carisma e identidad oblata haciendo un recorrido por su historia, las características que lo configuran y la manera de practicar, bajo este mismo carisma, la vida en comunidad de una forma fraterna.
Entre las actividades realizadas, cabe destacar la visita al archivo histórico y al museo congregacional de la mano de la hermana Ana María Barandarián, así como la excursión a San Lorenzo del Escorial la tarde del 5 de enero, donde pudieron presenciar la cabalgata de Reyes.
Lourdes Perramon, superiora general, acudió al encuentro en la festividad de la Epifanía del Señor para reflexionar acerca de los aportes de las junioras en relación al próximo Capítulo General, que se celebrará entre el 19 de julio y el 4 de agosto de este año. Las jóvenes expresan que, al presentar su contribución al Capítulo, “entramos en sintonía y nos sentimos canales de la manifestación del Espíritu”.
Al cerrar el encuentro, manifiestan que sienten renovadas sus “esperanzas, deseos, sueños, anhelos y aspiraciones”, sintiéndose “enviadas a continuar viviendo desde nuestras raíces y fuentes carismáticas”.
